Una noche más. ¿Eh?

Tal y como lo dije ayer, porque bueno. Es que ayer fue tan mierda, que no quiero recordarlo, no quiero ni tocarlo. ¿Cuándo es que me empecé a sentir tan miserable? Vaya cara que muestro afuera, la gente cree que muero de felicidad a diario. Me ha servido un poco, odio las malditas preguntas y los comentarios de lástima y de supuesta comprensión, se que en el fondo son mentira. La gente ama verte mal, pero no les voy a dar el gusto. Este momento, es el indicado, quiero descargarme en todo. Golpear, gritar, llorar... abandonar. Vacío.

Y duele.

Mi mamá, parece que ya no lo nota tanto, quizás lo ha dejado un poco aparte. Puede que esté considerando que necesito espacio, ó yo que se. Tiempo para mí. Yo se que necesito, pero ya no lo voy a tener. Esto es lo que me queda, y de esto, tengo que sacar otra cosa. Tengo que usar lo que quedó de esa vida que ya no tengo y encajarla en algo que me ayude a seguir. Que agotador.

Que extraño se me hace ya hasta despertarme. Odio la depresión, la soledad, odio la vida cuando estoy así. No quiero seguir. Muero de ganas de irme, y de no volver. Pero huir no es el camino tampoco.

¿Sabes que Kael? Vamos a poner puntito final a esa historia de momento a ver si no dándole tantas vueltas, mejora. Quién sabe hasta cambie.

Y vengamos aquí, a contarles que estos días fueron tan así, que de la nada. Ninfa apareció, después de casi dos años de habernos separado. Conversamos un montón; sigue siendo una persona increíble, no me arrepiento en lo absoluto haber compartido mi vida con ella. Somos ahora buenos amigos, que alegría en mi corazón cuando me enteré que de nuevo está siendo feliz, porque si hay algo que ella se merece, es recibir de vuelta todo lo bueno que nos ha ofrecido a todos lo que hemos hecho parte de su vida. Me tranquiliza saber que está bien, que está feliz.

Me sirvió enormemente hablar con ella antes de ayer. Incluso, quedamos en hablar por teléfono. Esperemos que se de, me gustaría escucharle y que me cuente de Luisa, su hermana. Tengo mucho que no se de ella.

Aunque se siente muy frustrante sentir que al parecer, a todo mundo le va de maravilla allá afuera, pero se que no es así, todos a lo suyo, problemas y demás, pero sonriendo siempre. No deseo que nadie se mienta como yo lo hago, deseo que si en realidad no están felices, lo consigan y si lo están, que su felicidad se les multiplique. Porque he aprendido a que personas felices, crean ambientes mejores. Ninfa, Luisa, y todos los demás, cada persona que conozco y que no, tienen ese derecho. Y les deseo que si algo intenta quitárselos, tengan la fortaleza mental para defenderle.

Yo sólo espero montarme pronto en ese mismo avión, parece que ha habido muchos problemas con mi ticket. Mi felicidad, estabilidad emocional, se las entregué a alguien, no quiero que alguien que llegase a leer esto, piense que ha sido un error. Creo que una de las mejores decisiones que he tomado en la vida es hacerlo. Porque me ha ayudado a entender el valor que tiene una persona que es tan imprescindible para ti, y ya no está. Les juro, que si se quieren entregar a alguien, lo quieren, con todo lo que son. Les prometo que sí. Pero es difícil. Por eso, en lo posible, cuiden. Yo no lo hice y estoy aquí hoy en una vida que no quiero, sin una persona que quiero, alguien que no tengo.

Cuiden.

Kael.